jueves, 21 de octubre de 2010

reflexiones y deseos de Ana Merino, terapeuta, acompañante y buscadora

Desde que vi tu blog ando dándole vueltas. ¿Qué deseo? ¿Qué no deseo? ¿Qué lugar ocupan los deseos en mi vida? ¿Están en una caja grande o en una pequeñita? ¿La abro de vez en cuando? ¿Cuánto? ¿Pero están ahí de verdad? ¿Y son míos, me pertenecen? ¿Eso de verdad soy yo? ¿Me re-conozco en ello? Y si yo soy eso que ahora no soy... entonces, ¿quién soy? ¿qué estoy haciendo?

Deseos. Desear. Desde la transgresión al erotismo pasando por todos los colores. En los tiempos que corren, a veces es hasta subversivo desear lo distinto.
Porque eso son a menudo los deseos: lo Distinto.
Desde lo más sublime hasta lo más infame: contradictoria e inequívoca Condición Humana.
Los deseos nos llevan de la mano a territorios inexplorados o... inexplorables. A algunos nos hacen sacar los pies del tiesto ("¡cielos, qué horror! Por favor, ¿dónde está la salida?")
Nos colocan un espejo frente a nosotros y nuestra propia vida y, desde ellos, empezamos a constatar matices, imperfecciones, áreas necesitadas de cambio o de mirada.

Si me pregunto por mis deseos, confieso que, de entrada, me asusta un poco. Da vértigo reconocerse como sujeto deseante y re-conocerse a uno mismo en esos propios deseos. A veces da vértigo poner luz en lo oscuro y más cuando uno se plantea el intento de coherencia entre los deseos y los propios valores. Se me ocurre que los deseos son como un semáforo de nuestra contradictoria condición humana. Nos confrontan a ella. Pero son condición indispensable para mantenerse vivos, no muertos en vida. Para ser alimentados y, desde ahí, explorar, crecer, desplegarse.

Volar.

Se me ocurre un deseo:

ATREVERME A RECONOCERME,
              ACEPTARME COMO SOY,
                         ACOGER MI LIBERTAD Y
                                  ACEPTAR LA LIBERTAD DE LOS DEMÁS.

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¿Cual es tu deseo? ¿Que es lo que te importa profundamente? ¿Que te mueve hacer lo que haces? ¿Que es lo que te gusta realmente?