lunes, 15 de marzo de 2010

¿Y que hacemos con los deseos que no deseamos tener?

... Y los deseos inconfesables ...  los prohibidos...
¿Dónde los guardamos?
Porque estos deseos no queremos que se cumplan ... sabemos perfectamente que no nos convienen para nada ... hay que encerrarlos en un baul con siete candados y no abrirlo nunca ...

Recogo propuestas para buscarles su sitio.
A ver, a ti, ¿qué se te ocurre?

1 comentario:

  1. Estos deseos hay que maquillarlos. Como bien sabemos no hay nada que no se arregle con cuatro pinceladas de colores llamativos. Creo que esos deseos no podemos guardarlos, debemos contarlos de una forma metafórica, porque al contarlos pierden su valor como deseos, a su vez, de esta manera, a los oidos de los demás llegan en forma de algo distinto. Algo seguramente menos indeseable.
    Alicia, maestra, 23 años

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¿Cual es tu deseo? ¿Que es lo que te importa profundamente? ¿Que te mueve hacer lo que haces? ¿Que es lo que te gusta realmente?